Capilla de Tegua

Recorriendo el departamento de Rio IV en enero de 2019 en ocasión de una visita al pueblo de Punta de Agua -donde se radicaron los Vásquez a principios de 1700-, me topé con esta iglesia que también ha sido testigo de nuestra historia familiar.

Se trata de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario de Tegua, construida allá por 1696 por Miguel FERNÁNDEZ MONTIEL, nuestro 8vo. bisabuelo en la línea de los VÁSQUEZ-BAIGORRÍ (ver relación genealógica).

La capilla original fue construida en adobe por nuestro antepasado en el paraje denominado “El Tala”, situado dentro de la merced de Tegua, donde fundó la estancia orientada a la cría de ganado vacuno y mular, como actividad principal. El 12 de julio de 1689, por la suma de $1000, había comprado esas tierras al general Don Jerónimo Luis de Cabrera, bisnieto del fundador de Córdoba, y su padrino de matrimonio.

Fue erigida como capilla en 1696, año en el que fallece don Miguel FERNÁNDEZ MONTIEL. Su nieto José ARIAS MONTIEL reemplaza la construcción original de adobe por una con muros de piedra de 90cm de ancho, y mamposterías de ladrillo cocido. Tras la muerte de Jose, la posesión de la estancia pasó a manos de la única hija llamada Vicenta Montiel, la cual se casó con el capitán Francisco de Molina.

Fue declarada Monumento Histórico Nacional (MHN) el 8 de julio de 1976, por decreto 1256/1976 de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos.

Al lugar se llega tomando un camino secundario que sale de la ruta 36 a la altura del pueblo de Alcira Gigena. El camino discurre entre sembrados y potreros, mayormente flanqueado por molles, talas y algarrobos. A medida que el camino empieza a faldear el cerro se hace mas pedregoso y la vegetación trueca por espinillos, tunas y acacios. No deja de perder su encanto. De golpe al llegar a una loma se deja ver a lo lejos la espadaña de la capilla inmaculadamente blanca.

Ya en el lugar impresiona la tranquilidad y la paz, en parte por lo recluido del predio, pero en parte tambien por el cementerio que hace las veces de tribuna de un estadio observando la capilla.

En el momento de mi visita la capilla habia sido recientemente restaurada (2018 si mal no recuerdo), y la verdad es que el trabajo que hicieron los restauradores es notable, y muy necesario para que el edificio no se siguiera viniendo abajo. Sin embargo me agarró un poco de “nostalgia” por la adorable facha que tenia la capilla en su estado previo. Pero seguramente se trate de una frivolidad mia.

Como dato pintoresco aquí se casó en mayo de 1766 nuestro 4to bisabuelo José Antonio VÁSQUEZ – DÍAZ de ALBARRACÍN con María de la Paz MOLINA NAVARRETE – MONTIEL, descendiente directa del fundador de la Capilla.